Las Meteoras

Un viaje es básicamente el recorrido entre dos puntos físicamente distantes; también puede ser alrededor de una mesa, o tal vez sentado cómodamente en una butaca. Si de turismo se trata, el viaje tiene sus fines bien definidos y ellos son el conocimiento y goce de nuestro mundo y todas sus expresiones, desde las más pequeñas y aparentemente insignificantes que todo viajero perceptivo puede admirar, hasta las más impresionantes y que simplemente se imponen por su grandeza.

Sin embargo los caminos vecinales, pequeños poblados, trozos de campiña, manifestaciones culturales sencillas, todos ellos son capaces de maravillar a quien se da el tiempo y afina los sentidos en busca de entender y vivir las maravillas de nuestro mundo.

Nos hemos comprometido a mostrarles lugares o costumbres que pueden pasar desapercibidas en un catálogo de viajes, entre tantos destinos famosos, pero que en sí, bien valen todo el viaje.

Generalmente cuando hablamos de Grecia, no de la histórica sino de la turística, pensamos en cruceros e islas mediterráneas mas no en la Grecia continental cuyo territorio encierra tantos atractivos; uno de ellos son las Meteoras, serie de formaciones rocosas de gran envergadura que forman un paisaje de montañas suspendidas en el cielo (Meteoros), y por lo tanto ligadas a éste.

Anteriormente de difícil acceso y retiradas de los caminos habituales, fueron sitio favorito de retiro y refugio para los monjes ermitaños que desde el siglo XI habitaron en sus cuevas, en cuyo interior construyeron verdaderos enjambres totalmente mimetizados con el paisaje.

Cerca del cielo y lejos de los hombres estas comunidades fueron creciendo, hasta que en el siglo XIV se formaron los primeros monasterios, en donde se refugiaron los monjes para escapar de los turcos y de los albaneses.

El acceso a estos monasterios se hacía por medio de redes o canastas que haciéndolas bajar cientos de metros mediante una polea, subían hombres y bienes hasta las cumbres; en algunos casos se desplegaban escaleras aéreas.

Durante su apogeo en el siglo XV llegaron a ser 24 los monasterios, varios de los cuales hoy podemos visitar y que se encuentran en perfectas condiciones, pues gracias a la dificultad de su acceso y la defensa que de ellos hicieron los griegos, aún conservan gran parte de sus tesoros. Parte importante de estos monasterios es el Katholikón, la Capilla que encierra las piezas más importantes de culto y arte.

Hoy, luego de la destrucción que sufrieron en la Segunda Guerra Mundial, quedan solo seis monasterios para visitar, ellos son los Monasterios de San Nicolás, San Esteban, de la Santísima Trinidad, de la Transfiguración, Roussanou y Varlaam.

Situado en Kalambaca, con una excelente carretera y en el camino (terrestre) entre Atenas y la costa Adriática, este es un destino destacado para su viaje a Grecia, más aún si lo combina con la Isla de Corfú.

Las Meteoras son Patrimonio de la Humanidad (Unesco) y en ellas se filmó buena parte de la película For Your Eyes Only (James Bond). De película ¿no?.

 

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